Vamos a intentar ver (muy resumidamente aunque no parezca) los signos del zodíaco pero de a pares, en su cualidad de positivo/negativo (o masculino femenino, o Yang y Yin) y cómo de este modo el mandala zodiacal cobra un sentido complementario al de estudiarlo como una rueda evolutiva desde Aries a Piscis.
Aries (positivo-masculino-yang) – Tauro (negativo-femenino-yin)
Comenzando el recorrido de los signos del zodíaco, Aries es energía primitiva, rudimentaria, es los comienzos, es lo Yang naciendo y activando. Aries dice “quiero llegar a ser lo que soy” pero no sabe cómo. Quizás lo logre, pero no desde un lugar de elaboración sino en función de la misma energía que avanza sin miramientos.
Tauro es el recipiente para manifestar esas energías, les da forma, estabiliza a Aries. Es la primera pareja positivo-negativo: Juntos forman un cuerpo viviente hecho del fuego de Aries y la Tierra de Tauro.
Pero Tauro necesita desarrollar su conciencia.
Géminis (positivo-masculino-yang) – Cáncer (negativo-femenino-yin)
Géminis trae la evolución de los aspectos mentales y emocionales del individuo.
Géminis no tiene conciencia de aspectos más profundos (eso se lo dará luego Cáncer). Entiende con rapidez pero no comprende empáticamente.
Cáncer completa la evolución del individuo desplegando sus facultades emocionales. Géminis es la conciencia intelectual de la relación, Cáncer es la conciencia emocional y de su relación con el pasado: la infancia, la familia, la madre, la tierra natal.
Leo (positivo-masculino-yang) – Virgo (negativo-femenino-yin)
Continuando el camino de los signos del zodíaco, Leo completa la estructura básica del individuo. Aries decía “quiero llegar a ser lo que soy” y Leo dice: “Yo soy”.
Pero todavía está incompleto: en su viaje evolutivo tiene que ocuparse aun de su relación con los demás.
Virgo representa al individuo completo enfrentándose al universo físico y al social e intentando ponerse de acuerdo con ellos, a diferencia de Leo que se alza solo y echándose ínfulas a sí mismo. Virgo es sumiso y Leo arrogante. Leo intenta ser autosuficiente y Virgo necesita ser eficiente consigo mismo y con los demás.
Virgo, a diferencia de Leo no necesita reconocimiento social. Influye en la manera de alcanzar el éxito, no en el éxito en sí. Virgo es la toma de conciencia de una necesidad externa a la que debe someterse la individualidad.
Libra (positivo-masculino-yang) – Escorpio (negativo-femenino-yin)
Con Libra entramos en la segunda mitad del zodiaco.
En la primera mitad, los signos configuran la formación del individuo. En la segunda, el individuo aprende a relacionarse e integrarse con el orden social.
Con Libra por primera vez aparece un “otro”. Es el primer signo que se enfrenta a un opuesto en el mandala zodiacal (Aries).
Escorpio completa el proceso iniciado en Libra donde el individuo entra en contacto con otra(s) persona(s), pero estas eran entidades aparte. EnEscorpio se funden en uno, se fusionan a nivel emocional: esto es la muerte del ego.
Sagitario (positivo-masculino-yang) – Capricornio (negativo-femenino-yin)
Con Sagitario comienza la integración del individuo en la sociedad como un todo. No solo con las demás personas como en Libra sino con el orden social. Se enfrenta con un contexto social y aprende a expresar en él su voluntad.
Capricornio quiere emplear lo que le enseñaron sobre el mundo exterior. “Yo lo construí” desea decir. Capricornio y Sagitario ambos representan el orden social pero a Sagitario le interesan los principios y a Capricornio ponerlos en práctica. Sagitario es más abstracto y Capricornio más responsable con el orden “real”.
Finalizando con los doce signos del zodíaco, Acuario (positivo-masculino-yang) – Piscis (negativo-femenino-yin)
Acuario es el signo del individuo como unidad cooperativa del grupo social. Se identifica con este grupo. Piscis no se entrega al grupo social sino al universo mismo. Acuario se entrega a lo social, Piscis a algo superior.
Con Piscis se completa el ciclo. Piscis es final y comienzo.
Fuentes: Robert Hand (Los Símbolos del Horóscopo), Eugenio Carutti (apuntes de Casa XI), Alejandro Luna y Vanesa Maiorana (Astrohología vol. I).
Ilustración: Katya Ulitina