Esta Luna llena en Virgo se posa frente a la mirada de un cálido Sol en Piscis.
Un llamado a la introspección y la acción desinteresada.
La Luna en Virgo, con su meticulosidad, nos invita a discernir entre la maraña de emociones que habitan adentro nuestro, separando lo superfluo de lo esencial.
Es un buen tiempo para analizar e intentar comprender las motivaciones que nos impulsan, para desentrañar las capas que habitan nuestro verdadero, auténtico y profundo ser.
Pero no se trata de analizar con lógica fría. En el corazón reside una lupa que nos permite ver ese profundo anhelo de orden, de armonía, de belleza.
Y es aquí donde la energía de Piscis se entreteje, infundiendo su toque mágico de compasión y entrega.
El Sol en Piscis nos recuerda que el amor es una de las fuerzas más poderosas del universo.
Un amor que no busca recompensa, que no exige nada a cambio, que simplemente se entrega en ese acto de pura generosidad.
Un amor que se manifiesta en pequeñas acciones, en palabras amables, en gestos de cuidado hacia el otro.
Es urgente crear un mundo más bello y más armonioso.
Que esta Luna llena en Virgo nos acerque más a encontrar el equilibrio entre la complejidad y la simplicidad, y que nuestras acciones, por más pequeñas y minimalistas que sean, nos guíen hacia un futuro más luminoso.