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Mercurio en Piscis

Lo primero que me llamó la atención cuando empecé a meditar (10 minutos cada día), fue descubrir un espacio en mi cabeza que no sabía que tenía.

Eso sucedió a la semana de comenzar la práctica.

El ruido mental encontraba silencios y esos silencios creaban espacio.

Espacio que podía ser utilizado además de un modo más productivo o, simplemente, para nada, lo cuál muchas veces resulta muy beneficioso.

Al mes de sostener el ejercicio, sucedió otra cosa: los patrones neuróticos muchas veces hacían agua. La misma quietud aprendida los hacía desvanecerse sin más.

Conectar con la energía de Mercurio en Piscis en un sentido tiene mucho que ver con todo esto.

Porque crea un estado mental único, similar al que se alcanza con la meditación: un espacio donde la mente se libera del galope diario y se abre a la posibilidad de la quietud interior.

Es una experiencia muy enriquecedora aprender a observar los pensamientos sin juzgarlos, permitiéndoles fluir.

En una meditación no tengo que alcanzar ningún objetivo, no tengo que esforzarme en poner la mente en blanco, elevarme del suelo… no tengo que hacer nada.

Solo invitar al silencio y estar presente.

En este estado de receptividad, la intuición se agudiza y la sabiduría interior se revela, brindándonos perspectivas más profundas acerca de nosotros mismos y de la vida.

Mercurio en Piscis es aprender a trascender las limitaciones del ego y conectar con la unidad del universo y de uno mismo.

La mente, liberada de las cadenas del pensamiento racional, se expande experimentando una paz interior que solo se encuentra en el silencio.

La imaginación se libera, permitiendo que las ideas fluyan mejor, con menos (o sin) obstáculos, dando lugar a nuevas perspectivas.

Te invito a aprovechar la energía de Mercurio en Piscis para iniciar o profundizar en la práctica de la meditación.

¿Meditaste alguna vez? ¿Qué meditación hiciste? Contame tu experiencia.