Urano vuelve a ponerse directo en Tauro.
De pronto me di cuenta de que con cada objeto acumulado por años que regalo, vendo, tiro, dono o comparto, la “energía” de ese objeto descartado de mi ámbito inmediato se transforma en vitalidad.
El recuerdo es más útil que el objeto material.
Puedo capitalizar mejor la (pre)existencia de ese objeto.
Urano en Tauro sugiere cambio. Sin procesos. Un cambio sin procesos allí adonde comúnmente los hay.
No es fácil: el carácter instantáneo y revolucionario de Urano no se halla en la lentitud y gradualidad que pide Tauro.
Urano en Tauro pide desapego allí donde el apego está cómodo.
Un desvío instantáneo pero que permanece en el tiempo.
Esta es una gran oportunidad para trabajar el desapego, para descubrir aspectos internos profundamente arraigados, para innovar el modo (individual y planetaria-mente) en que nos relacionamos con el dinero, la naturaleza, los placeres sensoriales y materiales.
Seducir a un alien, ahorrar crypto para en unos años hacer un viaje por la estratósfera, probar nuevos sabores exóticos, hacer algo que nunca hiciste, conectar con la tierra son solo algunas ideas.
Disfrutar de algo diferente.