En medio de la inabarcable infinitud, Saturno dio un pasito al frente en el misterioso signo de Piscis.
Para que podamos captar la esencia completa del recorrido de Saturno por Piscis, es vital comprender algunas cualidades y atributos asociados tanto al planeta como al signo zodiacal.
Saturno, nuestro gran maestro, representa la estructura, la disciplina y la responsabilidad.
Por otro lado, Piscis encarna las emociones, la intuición y las profundidades del inconsciente.
Cuando estas dos fuerzas se combinan de buena forma, crean una sinergia que actúa como un contrapeso al caos inherente de nuestras vidas.
Que Saturno se haya puesto directo en Piscis, puede representar un momento de oportunidad para nuestra estabilidad emocional, un período propicio para la autorreflexión y el crecimiento personal.
Este evento me hace pensar en un dique que puede ayudar a contener las tumultuosas aguas del caos y el desorden.
Los desafíos y obstáculos que enfrentamos pueden ser vistos como aguas que amenazan con desbordarse, pero Saturno actúa como una protección, poniendo un límite que evite esas tormentas emocionales que tantas veces buscan engullirnos.
En medio de nuestras luchas diarias y la imprevisibilidad de la vida misma es frecuente sentirnos abrumados y este tránsito nos recuerda que -incluso en los momentos más difíciles- tenemos la posibilidad de traer orden.
La vida tiene un constante flujo y reflujo biorítmico y energético, similar a las aguas caudalosas.
Saturno directo en Piscis nos enseña a contener estas aguas con maestría, paciencia y resistencia.