Durante la fase profunda del eclipse solar la temperatura desciende considerablemente.
Los pájaros dejan de piar y los animales en general se duermen: confundidos, creen que cae la noche.
Todo proceso cósmico requiere un período de tiempo para completarse.
Como todo ciclo, un eclipse tiene un nacimiento, un paso a la madurez, un declive y luego una muerte.
Entramos en sintonía con el eclipse. Es momento de replegarse, ir metiéndose bien adentro para luego salir con toda la oscuridad bien apretadita en las manos y arrojarla al infinito.
Démosle lugar a lo lumínico que pudiera estar escondido en nuestras profundidades.
Sigamos la flecha.